domingo, 23 de octubre de 2011

Uno de tantos



A ti siempre llamé mío, cuando nunca lo fuiste ni en sueños vagos,
te consideré un niño a pesar de tu tentadora apariencia de hombre,
profundamente creía que tu madurez iba más allá de la mía,
pero simplemente era la careta de un sucio jugador lo que veía,
presentía que el carácter fuerte que reflejabas era original,
más del mismo, contra mi estallaban las injustas batallas que siempre ganabas,
imaginé que vestías diferente cada prenda diseñada de versos, pero
me decepcionaste al desnudarte ante mí débil y etéreo , y fue así
que descubrí que eres otro mortal más en este complicado e infinito universo.

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