Que profundo y doloroso se ha vuelto este "adiós",
me posee y golpea con el aliento del silencio,
para luego mutilarme en cuerpo y alma con el
despiadado filo de un mortal "hasta nunca".
Que imperfecto se ha tornado lo perfecto,
se ha mostrado cínico y sutil el viento,
quemando uno a uno los segundos infinitos
de un destino que ya no encuentra lugar.
Han sido una frase, una palabra y el silencio,
los que me acunan en los ojos de la luna
mientras la noche me consume sobria y queda
en el mar de las penas que beben fantasmas.
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